Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2010

Una voz cruel

Era una voz sin dueño y yo quería no escucharla. Ella seguía pronunciando vocablos tan seguros, tan llenos, tan desgraciadamente verdaderos. Su aliento emergía como castigo a mi deseo de ignorar lo que en realidad pasaba. No ha habido una voz más cruel y quizá sea indefinible ante tanto lodo mental. Quiero ignorarla, quiero desaparecer, quiero que se calle, pero también quiero descubrir su opinión que tanto me provoca, rompe y deja a no poder respirar. Si cierras fuerte tus ojos, no verás al dolor. Si respiras para vivir, no olerás la verdadera libertad. Si oyes a los demás, no podrás escuchar a tu alma gritar. Si huyes de aclaraciones como ésta, no tendrás a donde ir en paz. No es que el desespero sea de agrado para mi repertorio de sensaciones favoritas, pero vaya que me tornó intolerante ese desgaste de palabras.