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Mostrando entradas de 2010

Bella inspiración

Se ha ido. Tal vez no tenga motivos para sentir lo que siento y quizá tenga mil razones para desear una sola cosa. Hoy no encuentro la coherencia en las estrellas, el viento ya no me susurra los prejuicios que tenía antes conmigo, la oscuridad no me sirve ahora de nada, la soledad se ha quedado callada y el silencio en que me envuelve es una maldita ausencia presente, como un verdadero amigo que no ve ni entiende. Pero lo que más me duele, es que la luna no se muestra como antes diferente: no me habla, no me advierte, no me toma en cuenta; me ignora como réplica de mi bella inspiración, mi inspiración bella.

Una voz cruel

Era una voz sin dueño y yo quería no escucharla. Ella seguía pronunciando vocablos tan seguros, tan llenos, tan desgraciadamente verdaderos. Su aliento emergía como castigo a mi deseo de ignorar lo que en realidad pasaba. No ha habido una voz más cruel y quizá sea indefinible ante tanto lodo mental. Quiero ignorarla, quiero desaparecer, quiero que se calle, pero también quiero descubrir su opinión que tanto me provoca, rompe y deja a no poder respirar. Si cierras fuerte tus ojos, no verás al dolor. Si respiras para vivir, no olerás la verdadera libertad. Si oyes a los demás, no podrás escuchar a tu alma gritar. Si huyes de aclaraciones como ésta, no tendrás a donde ir en paz. No es que el desespero sea de agrado para mi repertorio de sensaciones favoritas, pero vaya que me tornó intolerante ese desgaste de palabras.

Relativo al vino de mi sangre

Los cruces absurdos de la vida juegan a divertirse una vez más mientras que todos miramos al cielo suplicando por un maldito milagro. Para cuando acabemos con nuestras abrumadoras expectativas y nos demos cuenta de que todo ha sido un abismo infinito de ganancia putrefacta que nos carcomía sin horario específico, los lamentos acompañados del llanto exhaustivo nos harán una larga visita que parecerá perdurar en un fino horizonte. La petulancia embriagadora archiva sus mañas con cuidado y nosotros solo miramos como entra a nuestro cuarto y revisa nuestras anotaciones de la vida que por tanto nos han dañado. Para cuando queramos tomar las riendas de nuestro animal, visualizaremos estupefactos que no solo nos faltan las agallas para persuadir a la oscuridad, también pareceremos hundirnos en la agonía de los dilemas siempre que nos enfrentemos a la tan invocada madurez. El egoísmo caótico nos muestra con apatía su propia palingenesia para que nos mantengamos firmes en las decisiones q

Emanando de testigos

Las nefastas llamas que cubrían su cuerpo fueron desplazándose ágiles entre la maleza que cubría el césped, no hubo opción diferente a la de ver cómo se apoderaba el fuego salvaje de cada árbol de la reserva. Quienes estaban cerca tuvieron la oportunidad de contemplar el incendio forestal que se abría paso entre el antes campamento, ahora cenizas de ropas y personas. La crueldad con que consumió cada hoja llegó a ser admirable en un tono de arte. No hubo sobrevivientes además de dos almas ancladas al sufrimiento terrenal, por ellas me enteré del asunto. La luz de la luna contrastaba con la hambrienta luz de las llamas desesperadas, ni siquiera hubo gritos; pareció como si la energía del cuerpo incendiado hubiera sido más protagonista que el mismo ardor asesino. Contaron las almas que fue como un soplo sin vida pero con algo más que fuerza, el tiempo fue diminuto y eterno cuando ese día quedó marcado como un látigo de desamor en el pecho. La tristeza no pudo aparecer, el pésame no se di

El aperitivo del Tiempo

A mí me gusta tomar mi tiempo calientico en mi vaso favorito que abre el apetito, sin afanes y mirando hacia el vacío. A mí me gusta tomar mi tiempo de una manera diferente que no implique rapidez o franqueza sino, de una manera en la que pueda sentirlo caminar por mi garganta dejando segundos perdidos en cada huella plasmada. A mí me gusta tomar mi tiempo sin que nadie sea testigo. A mí me gusta tomar mi tiempo sin otro aperitivo, viendo la espesura del acuoso tan atractivo. A mí me gusta tomar mi tiempo de a sorbos pequeños, disfrutando cada trago y saboreándolo. A mí me gusta tomar mi tiempo sin vacilación ni miedo, esperando que me colme de satisfacción el color de aquél frágil invento. A mí me gusta tomar mi tiempo sin expectativas y sin razón, sin tener preguntas ni en la mente ni en el corazón, sin hacer el bien o el mal para no culparme por los actos de los demás. A mí me gusta tomar mi tiempo sin tener que reflexionar. A mí me gusta tomar mi tiempo cuando siento que te

Tentando el sueño

Helado aire que duele hasta el calcio de mis huesos. Mirá, un pajarito que supuestamente aprendió a volar. Ahora mírame a mí. Todos hubieron ido y yo ni siquiera pensé en partir. Tentación que pone a prueba mi voluntad, me prohíbe mi propia paciencia. De la delicia no es el placer, de la lujuria no es la pasión, de la existencia no es el poder, de la voluntad no es la esperanza, de la terquedad no es la decisión, del corazón…ni hablar. Ya el sueño me pudo, iré a encontrarme con ellos como siempre tan oscuros.

Para el cólera

Me has condenado a cambio de una satisfacción que no percibo; me has engañado, lo supe desde el principio; has prometido algo que aún espero me cumplas; has hecho de mí un alma en pena y exijo que me devuelvas lo que no te pertenece. Si me oyes estrecha cólera, te hablo a ti que tanto me odias; no me importa si me matas o te vengas, hicimos un trato, yo he cumplido. ¿Y tú? La noche no espera y así, como hermosa es, pide a cambio que la comprenda; amo a esa luna llena que se pinta tierna mientras dentro es letal y agriamente sincera. Quieren que cante como el viento, yo no quiero aprender sus apasionados versos, pues es incomprensible la manera de ser de ese viejo: sabio, arrogante, delicioso, frescamente doloroso, además de parlanchín. Todavía están encendidas esas luces que me fastidian. ¿Qué significa tomar un martirio con placer? Vaya concepto tan irritante. ¿Es así la otra manera de llamar al masoquismo? El resentimiento me pudo. Por otro lado, está esa cosa e

Culpable

Me deleito al viento escuchar, tu nombre pronunciar mientras el muy travieso me propone el mismo juego una vez más, para llevarlo a cabo en el crepúsculo porque el condenado sabe que es ahí cuando tu aroma me confunde más, impregnando mi imaginación y llegando a lo más hondo mientras comenzamos de nuevo a jugar. El vaivén de mis suspiros es lamentablemente nítido, su ráfaga nota mi cansado nerviosismo consumiendo lentamente mis manos, dejándolas bañadas en el sudor exhausto que locamente más intriga satisfacción me hace despojar cuando este viento me permite imaginar el atrevido movimiento de tus labios al hablar; lo siente mi corazón, lo proyecta mi mente, por eso en este entretenido juego otra vez voy perdiendo. Junto a mi ventana estoy esperando que siga su turno y resople de alegría, viento corrupto que en mis manos se escabulle, robándome el secreto del silencio, quitándome despacio la respiración para seguir ganando, huyendo a frías risotadas por predecir mi debi

El peso

La luna creciente susurra tu nombre, la noche me trae el recuerdo de tu voz, aquel frío viento siempre me recuerda que sin razón me has dicho adiós. Ni cuenta me di de que te querías ir, cuando lo hiciste yo también partí, mi decisión fue borrarte de mí y olvidar que alguna vez sentí tanto por ti, sacando fuerzas sin tenerlas pasando días y noches enteras sin soñarte junto a mí. Hoy todo me pesa, tu sonrisa, tu piel fría; tus ojos, el delirio de los míos; tus pensamientos, motivo de mis dudas; tus manos, el deseo de las mías; tus silencios, que acababan mi razonamiento; tu boca, mi frustrado sueño. De esta experiencia corta quedé sabiendo más una cosa que mil otras, no importa cuánto tiempo pase ni que selle mi mente al tratar de recordarte porque simplemente te extrañaré, pues eras tú quien, irónicamente, me hacía querer sonreír de nuevo mil veces.

Fragmento de verdad

He pasado demasiado tiempo viendo a los demás vivir sus vidas privando la mía de tu agradable compañía, solo por miedo, por algo de rabia. Así ha llegado el momento que ha corrompido mis sentimientos, el momento de erradicar de mi pensamiento el despojo de tus ojos envueltos en el misterio. Te he visto andar como si volaras al mirar dejando un vacío en el silencio que es donde estás; he sentido cómo tu helada piel me aturde tan vilmente que el delirio de repente atiende a mi mente; he oído en tu voz que solo innata puede ser, pues parecido alguno imposible debe haber; he tenido el placer de tu aroma conocer y ha sido tal, que no lo he podido aún asimilar; he desvelado mi sueño más de una vez por tener que descifrar tus silencios con la ayuda de la oscuridad que ha sido la única que ha entendido como veo tu beldad. ¡Llamo ahora a la dulce soledad! Para que por favor me cautive con memorias de tiempos atrás y para que no me deje de susurrar la oportunidad de estar contigo

Un mal amor, un amor imposible

¿Por qué lloras por un mal amor, de dónde sacaste que valía la pena? Sin pensar en las consecuencias y dejándose cegar por el ardor del desespero que manejaba su cuerpo y sin dejar de tener su recuerdo fresco, respondió con dolor:“porque una mujer como ella: ni caminando descalzo en la superficie del sol; ni recorriendo hasta la última estrella de todas las galaxias; ni ganándole una carrera a la velocidad de la luz; ni viajando a través del tiempo buscándola debajo de los restos de cada época; ni vaciando las aguas de los siete mares registrados en cuentos, mitos y leyendas; ni soportando los cantos con que hechizan las sirenas; ni sobreviviendo a la odisea que iluminó Homero; ni regalando astros a diestra y siniestra como soborno para encontrarla a ella; ni siendo el favorito de los dioses de la mitología Griega; ni pudiendo ir y venir hacia y de Asgard como se te venga en gana; ni siendo el conquistador de Atlántida y decir que yace en un vaso con agua; ni ser quien arme anacronism

Un Conde sin memoria

Quizá los sentimientos fundidos tenían alguna razón de ser entorno a él y ahora todo trataba del egoísta mundo físico. Descubrió con desasosiego un retrato, lo miró con la delicadeza que solo el amante posee, mientras sus ojos destilaban lágrimas de dolor. Las pocas memorias montaban su propia danza en los abismos que el tiempo compartía con las dimensiones; el compromiso consignado en sus pupilas hacía sollozar en silencio el alma que se sentía perdida. Todas sus emociones se debatían entre sofocarse o hacerle tener mente suicida. Cada rasgo facial denotaba su cansancio marcado estrictamente en las líneas que aparecían en sus mejillas; el drama de su diario vivir se basaba en dudar de la existencia de sus canas, al fin y al cabo no existía el elixir de la larga vida, esa alquimia tan netamente superficial. El cólera ya le caminaba vigoroso por sus venas destruidas, no les bastaba con ser responsables de cargar con la fluidez de un amor muerto, que por sí mismas llenaban su pedido con

Acusados por deseo, convictos por amor

Que cosa tan desgraciada son los llamados amantes, están en los ratos para luego ser desechados. Que delicia es el amor de los llamados amantes, tan peligroso y adictivo, qué triste ese afecto fingido que dura el tiempo que luego queda en el olvido. Que tortura el tiempo gastado de los llamados amantes, perfectamente entregado pero desperdiciado. Que cruel es a veces la espera de los llamados amantes, les da vida y luego se las quita con mucho dolor y poca precaución. Que alivio tienen los llamados amantes, después de hacer el amor y antes de que se acabe la tonta ilusión. Que lástima el definitivo fin de los llamados amantes, ¡condenados a no existir!

A la Espera

El desespero es su más íntimo amigo; la oscuridad la acompaña siempre; de la impaciencia se alimenta para hacerse duradera; la locura puede ser su mejor regalo en un tiempo inesperado; una vez que decides tomarla, será parte de tu karma; quizá las lágrimas sean un escape o quizá solo sean la prueba, de que te ha envuelto como a cualquier otra presa. La espera no te da oportunidad, simplemente toma y arrebata, lo que supone que le pertenece, lo toma sin importar cuánto te hiera realmente; toma tu paciencia, tu esencia, tu conciencia. La despiadada espera es como una muerte lenta.

Suspenso

Tal vez haya espacio para respirar en medio de una presión, tal vez no. Tal vez haya algún instante en el que se siente el agrio sabor del sudor después de la derrota, tal vez no. Tal vez el olvido quepa en un lapso de tiempo bien ajustado. No, nunca cabe el olvido. Tal vez se escapen un par de detalles, tal vez no. ¿Hay espacio para el perdón? ¿Qué es eso? ¿Existe el arrepentimiento más que la incómoda intriga? ¿Será que solo se siente una llovizna de dolor? ¿Una tormenta tal vez? Extrañar no es vivir, es tener un pie donde se encuentra la línea de la dimensión muerta. Lograr que broten lágrimas, tal vez. Lograr sacar una carcajada, tal vez. Quizá el suspenso sea más que solo un abismo de confusión, quizá no. ¿Enfocar? Puedes intentarlo y hacerme saber cuando logres una linda psicosis; por lo demás, cállate y sigue viviendo en el suspenso.

Rostro de Ángel

Así se despertaba cada mañana, pensando en cómo pudo haber sido su vida si se hubiera atrevido a hablarle a aquella mujer de cabellos lisos y perfumados con el olor del tráfico y la madrugada; aquella mujer de semblante fresco que veía andando desairada con su bufanda verde. Él se sentaba en la cafetería del frente para verla salir del edificio en el que cada tanto revisaba la electricidad de tan desordenados inquilinos. Hacía 4 meses que la había notado mientras él intentaba buscar el problema de las lámparas de la recepción, ella subió las escaleras dejando su rastro de agotamiento cual día exhausto. Fue por costumbre que giró su cabeza casi desapercibido cuando, inevitablemente, un desgarre en su pecho le quitó de lleno el aliento. Sin certeza de poder verla se levanta temprano, lava sus oscuros cabellos y viste su mejor traje desgastado de trabajador eléctrico; cuida muy bien de haberse afeitado, pulcramente calza sus botas mostaza, se baña en colonia y como siempre, ella nota so