La luna creciente susurra tu nombre,
la noche me trae el recuerdo de tu voz,
aquel frío viento siempre me recuerda
que sin razón me has dicho adiós.
Ni cuenta me di de que te querías ir,
cuando lo hiciste yo también partí,
mi decisión fue borrarte de mí
y olvidar que alguna vez sentí tanto por ti,
sacando fuerzas sin tenerlas
pasando días y noches enteras
sin soñarte junto a mí.
Hoy todo me pesa, tu sonrisa, tu piel fría;
tus ojos, el delirio de los míos;
tus pensamientos, motivo de mis dudas;
tus manos, el deseo de las mías;
tus silencios, que acababan mi razonamiento;
tu boca, mi frustrado sueño.
De esta experiencia corta
la noche me trae el recuerdo de tu voz,
aquel frío viento siempre me recuerda
que sin razón me has dicho adiós.
Ni cuenta me di de que te querías ir,
cuando lo hiciste yo también partí,
mi decisión fue borrarte de mí
y olvidar que alguna vez sentí tanto por ti,
sacando fuerzas sin tenerlas
pasando días y noches enteras
sin soñarte junto a mí.
Hoy todo me pesa, tu sonrisa, tu piel fría;
tus ojos, el delirio de los míos;
tus pensamientos, motivo de mis dudas;
tus manos, el deseo de las mías;
tus silencios, que acababan mi razonamiento;
tu boca, mi frustrado sueño.
De esta experiencia corta
quedé sabiendo más una cosa que mil otras,
no importa cuánto tiempo pase
ni que selle mi mente al tratar de recordarte
porque simplemente te extrañaré,
pues eras tú quien, irónicamente,
me hacía querer sonreír de nuevo mil veces.
no importa cuánto tiempo pase
ni que selle mi mente al tratar de recordarte
porque simplemente te extrañaré,
pues eras tú quien, irónicamente,
me hacía querer sonreír de nuevo mil veces.
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