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Mostrando entradas de noviembre, 2012

Dos iguales

Una mujer, sus cabellos rojos bajo el sol y unos ojos que delatan su edad. Con la sonrisa traviesa, una más, buscando la sombra y con ansiedad a flor de piel. -¿Cómo hago para defenderme del dolor? -¿Por qué querrías defenderte del dolor si eso es lo que te hace vivir intensamente? -No me respondás una pregunta con otra pregunta, vos sabés que odio eso. -De malas. ¿Que porque tenés el pelo rojo? -Calláte que eso te encanta. -Por eso. -Respondéme pues, ¿cómo se hace? -¿De qué dolor tratás de huir, cobarde? -Del que vos me causás. -Sencillo, no me amés entonces. -Listo. Hoy en la madrugada te voy a dejar de amar. -Perfecto, llamáme cuando lo logrés. -Tampoco me gusta el sarcasmo. -Entonces no digás cosas tan estúpidas. Mejor hagamos el amor. -Ni loca lo vuelvo a hacer con vos. -No tenés que estar loca, solo tenés que estar enamorada y eso no va a dejar de ser hasta dentro de unas horas. -Yo te veía como el amor de mi vida y tuviste que echar todo a la