Una mujer, sus cabellos rojos bajo el sol y unos ojos que delatan su edad. Con la sonrisa traviesa, una más, buscando la sombra y con ansiedad a flor de piel. -¿Cómo hago para defenderme del dolor? -¿Por qué querrías defenderte del dolor si eso es lo que te hace vivir intensamente? -No me respondás una pregunta con otra pregunta, vos sabés que odio eso. -De malas. ¿Que porque tenés el pelo rojo? -Calláte que eso te encanta. -Por eso. -Respondéme pues, ¿cómo se hace? -¿De qué dolor tratás de huir, cobarde? -Del que vos me causás. -Sencillo, no me amés entonces. -Listo. Hoy en la madrugada te voy a dejar de amar. -Perfecto, llamáme cuando lo logrés. -Tampoco me gusta el sarcasmo. -Entonces no digás cosas tan estúpidas. Mejor hagamos el amor. -Ni loca lo vuelvo a hacer con vos. -No tenés que estar loca, solo tenés que estar enamorada y eso no va a dejar de ser hasta dentro de unas horas. -Yo te veía como el amor de mi vida y tuviste que echar todo a la
Por eso todo tiene su equilibrio, el Universo hace sus propias balanzas que me tienen aquí condenada...a publicar mis "poemas" sin alma que toman la mía con suspiros de falsa alegría.