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Mostrando entradas de abril, 2010

Acusados por deseo, convictos por amor

Que cosa tan desgraciada son los llamados amantes, están en los ratos para luego ser desechados. Que delicia es el amor de los llamados amantes, tan peligroso y adictivo, qué triste ese afecto fingido que dura el tiempo que luego queda en el olvido. Que tortura el tiempo gastado de los llamados amantes, perfectamente entregado pero desperdiciado. Que cruel es a veces la espera de los llamados amantes, les da vida y luego se las quita con mucho dolor y poca precaución. Que alivio tienen los llamados amantes, después de hacer el amor y antes de que se acabe la tonta ilusión. Que lástima el definitivo fin de los llamados amantes, ¡condenados a no existir!

A la Espera

El desespero es su más íntimo amigo; la oscuridad la acompaña siempre; de la impaciencia se alimenta para hacerse duradera; la locura puede ser su mejor regalo en un tiempo inesperado; una vez que decides tomarla, será parte de tu karma; quizá las lágrimas sean un escape o quizá solo sean la prueba, de que te ha envuelto como a cualquier otra presa. La espera no te da oportunidad, simplemente toma y arrebata, lo que supone que le pertenece, lo toma sin importar cuánto te hiera realmente; toma tu paciencia, tu esencia, tu conciencia. La despiadada espera es como una muerte lenta.

Suspenso

Tal vez haya espacio para respirar en medio de una presión, tal vez no. Tal vez haya algún instante en el que se siente el agrio sabor del sudor después de la derrota, tal vez no. Tal vez el olvido quepa en un lapso de tiempo bien ajustado. No, nunca cabe el olvido. Tal vez se escapen un par de detalles, tal vez no. ¿Hay espacio para el perdón? ¿Qué es eso? ¿Existe el arrepentimiento más que la incómoda intriga? ¿Será que solo se siente una llovizna de dolor? ¿Una tormenta tal vez? Extrañar no es vivir, es tener un pie donde se encuentra la línea de la dimensión muerta. Lograr que broten lágrimas, tal vez. Lograr sacar una carcajada, tal vez. Quizá el suspenso sea más que solo un abismo de confusión, quizá no. ¿Enfocar? Puedes intentarlo y hacerme saber cuando logres una linda psicosis; por lo demás, cállate y sigue viviendo en el suspenso.

Rostro de Ángel

Así se despertaba cada mañana, pensando en cómo pudo haber sido su vida si se hubiera atrevido a hablarle a aquella mujer de cabellos lisos y perfumados con el olor del tráfico y la madrugada; aquella mujer de semblante fresco que veía andando desairada con su bufanda verde. Él se sentaba en la cafetería del frente para verla salir del edificio en el que cada tanto revisaba la electricidad de tan desordenados inquilinos. Hacía 4 meses que la había notado mientras él intentaba buscar el problema de las lámparas de la recepción, ella subió las escaleras dejando su rastro de agotamiento cual día exhausto. Fue por costumbre que giró su cabeza casi desapercibido cuando, inevitablemente, un desgarre en su pecho le quitó de lleno el aliento. Sin certeza de poder verla se levanta temprano, lava sus oscuros cabellos y viste su mejor traje desgastado de trabajador eléctrico; cuida muy bien de haberse afeitado, pulcramente calza sus botas mostaza, se baña en colonia y como siempre, ella nota so