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Sin olvidar

De las pocas veces que la ira acude a ser una de mis frecuentes emociones, fue esa la verdadera tontería como caballo de Troya que inundó mi respiración.
Cuando hube huido ya nada tenía la expectativa de antes. Es entonces el colmo de tres cabezas rongando por el mismo plato de comida. La razón no da espacio ni espera, solo hambre de ganar a la entera.
Dirigir un octavo pensamiento, un mundo intacto, algo extraordinario que te deje oprimir libremente contra tu pecho lo que desees en siete lunas.
Un esplendor que oscurece el sentido de lo vivido, que aplasta la inocencia de la carne ya podrida.
No me atrevo a pronunciar las palabras hirientes del pasado, te huyo y te pienso de vez en cuando.
Si pudiera accionar el sistema de defensa no tendría por qué escribirte en este preciso instante. Aunque solo invento excusas para matarte de vez en cuando.

La voz de siempre pregunta si te he olvidado, yo encaro al frustrado sonido, y simplemente callo.

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