Es el viento el que enfría mi ser y achaca mis motivos.
Son los recuerdos amargos de un pasado feliz los que secan mis labios.
Hay tres corazones que no fueron elegidos y van agotando sus latidos.
Dicen que la cura de todo es el tiempo implacable que camina entre nuestros cabellos, mientras acaricia las nubes en el cielo que ya no es azul.
¿Y dónde está? ¿Y cuál es? ¿Y cómo se reconoce la cura para el olvido?
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