Todo puede moverse y, aún así, eres capaz de sentir la
quietud de aquel movimiento intermitente y el silencio que no está presente.
Como caminar bajo la lluvia y no querer pensar, no querer entrar en detalle de
imágenes que parecen ilustrar una historia sin final.
La tranquilidad que te llega del ajetreo mundano solo te confirma lo pequeño
que en realidad eres.
Sin lógica ni sentido exiges, deseas imponer mientras lo único que sale de tus ojos es una expresión vacía y un par de lágrimas que no dejan rastro.
Desearía haberte dicho mil cosas, ahora solo puedo sentir el maldito nudo en mi garganta, símbolo de una despedida jamás pronunciada y de un recuerdo que, irónicamente, lleva mis pensamientos a tu falta de presencia.
Sin lógica ni sentido exiges, deseas imponer mientras lo único que sale de tus ojos es una expresión vacía y un par de lágrimas que no dejan rastro.
Desearía haberte dicho mil cosas, ahora solo puedo sentir el maldito nudo en mi garganta, símbolo de una despedida jamás pronunciada y de un recuerdo que, irónicamente, lleva mis pensamientos a tu falta de presencia.
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